Letra de Agrio Beso - Corcobado
Letra de canci�n de Agrio Beso de Corcobado lyrics
Ella puso su esquel�tica mano en el fuego,
las estrellas escup�an lodo en nuestras cabezas,
los caballos desbocados hacia el centro de la tierra.
Ella cort� su mano con un cuchillo de hierro,
el suelo estaba mucho m�s quieto que nunca,
y era yo el que temblaba, era yo el que temblaba.
Los ojos blancos de un gitano mirando al lado rojo del cielo,
ella me entreg� su mano gimiendo para que yo la comiera,
el mar parec�a muerto crucificado en una cruz de hielo.
Hab�a cientos de ni�os sin pelo
sudando a�os enteros.
Hab�a cientos de ni�os sin pelo
en la casa del ciervo enfermo.
Agrio beso.
Agrio beso.
Agrio beso.
Agrio beso.
Yo com� la escasa carne de aquella mano
y le di a ella los huesos, y le di a ella los huesos,
el vino que yo beb�a sab�a a amoniaco dulce.
La tormenta de sus ojos produjo un gigante estruendo
y los ni�os se mataban en casa del ciervo enfermo.
era yo el que temblaba, era yo el que temblaba.
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Ella hizo un collar con sus huesos,
un muerto aplaud�a y le cruj�a el esqueleto.
El silencio ten�a forma de mujer,
una rata fumaba un cigarrillo
y tocaba la guitarra para espantar a los �ngeles
de aquel prado sin tiempo.
Agrio beso.
Agrio beso.
Agrio beso.
Agrio beso.
Ella me coloc� el collar alrededor del cuello,
todas las piedras gru��an,
los �rboles clamaban sangre.
Y un escorpi�n azul empez� a cantar agudo
golpeando un tambor
mientras aquel demonio silbaba y se emborrachaba.
Entonces averig�� que no estaba en el infierno,
y ella me puso el collar, me lo abroch� para siempre
y me pidi� los labios.
Era yo el que temblaba, era yo el que temblaba.
Agrio beso.
las estrellas escup�an lodo en nuestras cabezas,
los caballos desbocados hacia el centro de la tierra.
Ella cort� su mano con un cuchillo de hierro,
el suelo estaba mucho m�s quieto que nunca,
y era yo el que temblaba, era yo el que temblaba.
Los ojos blancos de un gitano mirando al lado rojo del cielo,
ella me entreg� su mano gimiendo para que yo la comiera,
el mar parec�a muerto crucificado en una cruz de hielo.
Hab�a cientos de ni�os sin pelo
sudando a�os enteros.
Hab�a cientos de ni�os sin pelo
en la casa del ciervo enfermo.
Agrio beso.
Agrio beso.
Agrio beso.
Agrio beso.
Yo com� la escasa carne de aquella mano
y le di a ella los huesos, y le di a ella los huesos,
el vino que yo beb�a sab�a a amoniaco dulce.
La tormenta de sus ojos produjo un gigante estruendo
y los ni�os se mataban en casa del ciervo enfermo.
era yo el que temblaba, era yo el que temblaba.
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Ella hizo un collar con sus huesos,
un muerto aplaud�a y le cruj�a el esqueleto.
El silencio ten�a forma de mujer,
una rata fumaba un cigarrillo
y tocaba la guitarra para espantar a los �ngeles
de aquel prado sin tiempo.
Agrio beso.
Agrio beso.
Agrio beso.
Agrio beso.
Ella me coloc� el collar alrededor del cuello,
todas las piedras gru��an,
los �rboles clamaban sangre.
Y un escorpi�n azul empez� a cantar agudo
golpeando un tambor
mientras aquel demonio silbaba y se emborrachaba.
Entonces averig�� que no estaba en el infierno,
y ella me puso el collar, me lo abroch� para siempre
y me pidi� los labios.
Era yo el que temblaba, era yo el que temblaba.
Agrio beso.