Letra de El Juerguista - Andy Chango
Letra de canci�n de El Juerguista de Andy Chango lyrics
Esta es la historia espantosa,
la aventura dolorosa,
de un juerguista tremendista,
un artista del mamarse hasta perder la vista.
Impactaba su elegancia,
su sombrero, su fragancia,
y el fular, al jugar
en las verdes mesas donde manda el azar.
Le pirraban las mujeres
y las timbas en burdeles,
donde pierdes pasta y alma,
pero bailas charlest�n: �Vamos, ni�as, al sal�n!
Dios velaba por su vida,
si beb�a y no ve�a,
el juerguista hedonista,
aun sin vista, siempre aterrizaba en pista.
Pero una noche de oto�o
bebi� como mil demonios,
l�quidos, l�quidos,
https://www.coveralia.com/letras/el-juerguista-andy-chango.php
y todos los fluidos que le fueron sugeridos
y al final
le inspiro la madrugada
remojar con su meada
la farola que luc�a,
seca y sola, junto a la comisar�a.
Siendo su visual tan pobre,
viendo la mitad y no el doble,
se meo en el polic�a,
que hace guardia, noche y dia, junto a la comisar�a.
Sin protestas y sin quejas,
en cuanto se vio entre rejas,
sin rechistar, con su fular,
solo preguntaba "�D�nde est� el minibar?
Triste historia del juerguista
que, aun teniendo poca vista,
no vio mal, de orinal
el usar a un funcionario estatal.
la aventura dolorosa,
de un juerguista tremendista,
un artista del mamarse hasta perder la vista.
Impactaba su elegancia,
su sombrero, su fragancia,
y el fular, al jugar
en las verdes mesas donde manda el azar.
Le pirraban las mujeres
y las timbas en burdeles,
donde pierdes pasta y alma,
pero bailas charlest�n: �Vamos, ni�as, al sal�n!
Dios velaba por su vida,
si beb�a y no ve�a,
el juerguista hedonista,
aun sin vista, siempre aterrizaba en pista.
Pero una noche de oto�o
bebi� como mil demonios,
l�quidos, l�quidos,
https://www.coveralia.com/letras/el-juerguista-andy-chango.php
y todos los fluidos que le fueron sugeridos
y al final
le inspiro la madrugada
remojar con su meada
la farola que luc�a,
seca y sola, junto a la comisar�a.
Siendo su visual tan pobre,
viendo la mitad y no el doble,
se meo en el polic�a,
que hace guardia, noche y dia, junto a la comisar�a.
Sin protestas y sin quejas,
en cuanto se vio entre rejas,
sin rechistar, con su fular,
solo preguntaba "�D�nde est� el minibar?
Triste historia del juerguista
que, aun teniendo poca vista,
no vio mal, de orinal
el usar a un funcionario estatal.