Letra de Encefalogramas - Javier Krahe

Achaques y man�as
estorban mis trabajos y mis d�as,
sin duda las neuronas
apenas dan de si, ya cuarentonas,
me pierdo por las ramas,
no s� ni que cantar
mis encefalogramas
ondulan al azar.

Me ocurre verbigracia,
que estoy tendido en una democracia
con flores y un estanque
y, en esto, viene y me acorrala un tanque
y me grita un sargento:
eh, t�: �de frente! �ar!
y todo es muy violento,
me impide meditar.

Tambi�n me ocurre a veces
que elevo a Dios unas poquitas preces
por ver si me lo gano,
y se las queda el Banco Vaticano.
Yo entonces me hago cruces
y �l me embarga el altar
y me caigo de bruces
en vez de levitar.

Y a veces, por ejemplo,
me subo a un taburete y os contemplo
y me entra un desconsuelo
que raudo bajo a ver a una tal Chelo,
famosa por sus zonas
er�genas sin par,
y tiene tricomonas
y... qu� os voy a contar.

Aqu� es a donde iba,
ya s� que esto del sexo es lo que os priva,
el �nico horizonte
de muchos que cre�is que todo el monte
de Venus es orgasmo
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y digno de elogiar
cual elogiaba Erasmo
a los locos de atar.

Guerreros, dioses, damas,
pasean por mis encefalogramas,
distintos por completo
de los que me merecen un respeto,
a excepci�n de la Chelo,
que ya se va a curar,
son todos un camelo
que habr�a que fumigar.

La que no es fumigable
es esa vieja dama infatigable,
la p�lida se�ora
que dice que se presenta a �ltima hora
y dice que est� en los huesos
y nos hunde en la mar.
�Tiradme un salvabesos!
dice que se oye gritar.

Y nadie nos lo tira,
el mundo, mientras tanto gira y gira
y gira y gira y gira
y, en esto, una hecatombe y ya no gira.
Mi seso no penetra
a qu� tanto girar.
Que yo os gire esta letra
eso es otro cantar.

Es �ste que ahora escribo,
por cierto, con un pie ya en el archivo,
urdido como en sue�os,
tramado con vocablos tan peque�os
que si caen del cerebro
se pueden desnucar.
A veces, con un quiebro
los intento burlar.