Letra de Hagamoslo - El Ultimo De La Fila
Letra de canci�n de Hagamoslo de El Ultimo De La Fila lyrics
Todas las tardes, �ay, mi Marif�!,
baja usted al rio a lavar,
que pena, �igame usted,
que no la pueda querer.
Yo a usted la miro con gran devoci�n,
y me mira usted a m�
con los ojitos en llamas,
arde su almita tambi�n.
Usted tiene esposo y cuatro churumbeles
y yo hace a�os que cas�;
qu� triste es la vida, triste y traicionera,
fui de pesca y no pesqu�.
Un d�a de �stos no me aguantar�
y le prometo bajar;
si usted me da su licencia
algo se podr� arreglar.
Si a sus comadres pudiera evitar
hag�melo usted saber,
que ma�ana mismo bajo
de su c�ntaro a beber.
https://www.coveralia.com/letras/hagamoslo-el-ultimo-de-la-fila.php
�Ay, Marif�!,
ya puede ver:
buena la hemos armado.
Penas de amor,
mala cuesti�n,
m�s si est�s amarrado.
Si ma�ana la puedo ver
y la puedo al fin abrazar,
no pase pena ni temor
que de amor la voy a colmar.
Todas las tardes, �ay, mi Marif�!,
baja usted al rio a lavar.
Yo a usted la miro con gran devoci�n,
mal no me mira usted a mi.
Todas las tardes, �ay, mi Marif�!,
baja usted al rio a lavar.
Si usted me deja, yo la ayudar�,
pondremos la ropa a secar.
baja usted al rio a lavar,
que pena, �igame usted,
que no la pueda querer.
Yo a usted la miro con gran devoci�n,
y me mira usted a m�
con los ojitos en llamas,
arde su almita tambi�n.
Usted tiene esposo y cuatro churumbeles
y yo hace a�os que cas�;
qu� triste es la vida, triste y traicionera,
fui de pesca y no pesqu�.
Un d�a de �stos no me aguantar�
y le prometo bajar;
si usted me da su licencia
algo se podr� arreglar.
Si a sus comadres pudiera evitar
hag�melo usted saber,
que ma�ana mismo bajo
de su c�ntaro a beber.
https://www.coveralia.com/letras/hagamoslo-el-ultimo-de-la-fila.php
�Ay, Marif�!,
ya puede ver:
buena la hemos armado.
Penas de amor,
mala cuesti�n,
m�s si est�s amarrado.
Si ma�ana la puedo ver
y la puedo al fin abrazar,
no pase pena ni temor
que de amor la voy a colmar.
Todas las tardes, �ay, mi Marif�!,
baja usted al rio a lavar.
Yo a usted la miro con gran devoci�n,
mal no me mira usted a mi.
Todas las tardes, �ay, mi Marif�!,
baja usted al rio a lavar.
Si usted me deja, yo la ayudar�,
pondremos la ropa a secar.