Letra de Paulo - Victor Manuel
Letra de canci�n de Paulo de Victor Manuel lyrics
Naci� un cuatro de diciembre
en mil novecientos veinte
lo alumbr� con dinamita
Santa B�rbara bendita.
Se hizo revolucionario
al llegar el treinta y cuatro.
Asalt� un cuartel en Grado,
se ech� al monte y lo cazaron.
Pasionaria fue a la c�rcel
y el guardi�n le dio las llaves.
Abri� celdas y cerrojos
y ech� a todos a la calle.
En el Quinto Regimiento
junto al Puente Los Franceses
top� cuerpo la metralla
y acab� la guerra en casa.
Picador de la Tercera
en el pozo Mar�a Luisa
codo a codo sin mirarla
con la muerte que no avisa.
Lo llevaron para Oviedo
https://www.coveralia.com/letras/paulo-victor-manuel.php
con la huelga de Febrero.
Una llaga todo el cuerpo
de los golpes que le dieron.
Los pulmones destrozados
y la edad lo jubilaron.
Por las tardes va despacio
del partido al sindicato.
Perdedor en cien mil batallas
nunca supo del fracaso
hasta ver c�mo su sangre
se enganchaba en el caballo.
Lo encontraron en la cama
cuando despuntaba el alba
redactando en su libreta
la que fue su propia esquela.
A sus pies amontonado
todo el siglo vio ante s�
los peri�dicos gritaban:
"cay� el muro de Berl�n".
en mil novecientos veinte
lo alumbr� con dinamita
Santa B�rbara bendita.
Se hizo revolucionario
al llegar el treinta y cuatro.
Asalt� un cuartel en Grado,
se ech� al monte y lo cazaron.
Pasionaria fue a la c�rcel
y el guardi�n le dio las llaves.
Abri� celdas y cerrojos
y ech� a todos a la calle.
En el Quinto Regimiento
junto al Puente Los Franceses
top� cuerpo la metralla
y acab� la guerra en casa.
Picador de la Tercera
en el pozo Mar�a Luisa
codo a codo sin mirarla
con la muerte que no avisa.
Lo llevaron para Oviedo
https://www.coveralia.com/letras/paulo-victor-manuel.php
con la huelga de Febrero.
Una llaga todo el cuerpo
de los golpes que le dieron.
Los pulmones destrozados
y la edad lo jubilaron.
Por las tardes va despacio
del partido al sindicato.
Perdedor en cien mil batallas
nunca supo del fracaso
hasta ver c�mo su sangre
se enganchaba en el caballo.
Lo encontraron en la cama
cuando despuntaba el alba
redactando en su libreta
la que fue su propia esquela.
A sus pies amontonado
todo el siglo vio ante s�
los peri�dicos gritaban:
"cay� el muro de Berl�n".